jueves, noviembre 17, 2005

ABURRIMIENTO SOCIAL

Una pequeña pausa en un mundo cotidiano. Lo aburrido, cansado, harto y desesperado que puede haber por momentos hace que todo se vuelva en un encierro mental. Pensamientos ambiguos y cansancio cerebral.
Mis pies cansados de una inmovilidad tempestuosa, el dolor de las rodillas me exaspera, tanto tiempo flexionadas como este momento, sentado pretendo disilmular la fiebre de mi conciencia.
Rostros cansados a mi alrededor me contagian un letargo común. Mis parpados comienzan a pesar, el bostezo provocado por la falta de oxigeno afable me incita a un pequeño lagrimeo.
No busco una cama para dormir, lo que busco es una salida de esta jaula llena de materialismos, adicciones, consumismos, envidia, avaricia, codicia, cotidianidad, tristezas, pero sobre todo: La misma sociedad llena de egoismos.
Busco alguna distracción, solo que no encuentro nada mejor que mi sombra. Observo cuatro distintas tonalidades de mi mano, cada una de ellas, desde la más clara hasta la casi obscura provocada por la cantidad de iluminación excesiva.
Esta inmovilidad me provoca que mis pies se pongan helados, las palmas de mi mano se enrojezen y la piel se muestra enojada. Un cosquilleo en mi pecho hace que me agite tembloroso.
Esta realidad cotidiana ya es casi insoportable...
De seguir así, no aguantaré más y lanzaré un grito ensordesedor, un grito contagioso que hara que cada ser humano se una y lance alaridos de cansancio y libertad. Juntos destruiremos el nivel más alto del sonido.
Un grito nuevo se unirá cada segundo hasta lograr que todo este mundo sea solo un gran aullido que hará que todo termine.