Sabanas de neblina cubren las calles del frio intenso. Aire humedo y helado acaricia las ramas secas que aun recuerdan a las hojas que los habitaban. La luz de la luna que asoma callada y timida como la sonrisa de un moribundo. Los pasos de la noche son contados, la gente esconde sus temores en sus hogares. La calma continua llevandose los suspiros y el aliento congelado de aquellos que aun habitan en la soledad de las calles y avenidas cotidianas. Los ultimos coches circulan por la avenida, tarde es el momento que los espera. Mas aun, en aquella inmensa melancolia me encuentro yo, caminando apaciguado y melancolico, recordando mis suenos y mis tristezas, la calma me consuela y se lleva mis lamentos. Una sonrisa aparece en mi rostro contagiando las comisuras convirtiendolo en carcajada intensa, me detengo, disfruto aquel momento unico. Las lagrimas salen una a una pareciendo congelarse al salir, las escucho caer sobre el pavimento provocando un eco inmenso que rompe los timpanos de aquellos que no desean escuchar la melancolia de los demas, mi melancolia, dulce compania en esta noche helada. Cierro los ojos, aun siento el humo que sale de mi boca. Calma... Respiro... Suspiro... Calma inmensa... Las lagrimas siguen ensordeciendo almas egoistas y ahi estoy yo, parado en la nada y en el todo...
Me llamo Marco, y estoy VIVO!!!!!!!
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