martes, agosto 16, 2005

AMBICIÓN.

Recuerdo aquel día, estaba acostado en mi cama tratando de dormir, cuando una flor nació delante mío, era una flor blanca, -desconozco el tipo, no soy bueno recordando nombres, y menos de flores que parecian, hasta ese día, insignificantes para mi- lo único que se, es que fué lo mas bello que algun día pude ver. Se fué abriendo poco a poco al compas del canto de un pajaro que volaba por mi ventana. Sus petalos anunciaban su grandeza y sabiduría.
Un fuerte aroma salío de ella provocando sentimientos jamas antes sentidos.

Fué como si yo naciera junto con ella, al mismo tiempo que veía una nueva realidad abstracta, comence a mirar mi mundo de forma distinta, cómo si también fuera mi primera vez de observar eso que ya conocía.
Algo dentro de mi escuchaba esa flor que gritaba mi nombre susurrado por el viento.

El viento comenzó a soplar mas fuerte y las nubes se juntaron para llorar de felicidad.
Gotas de lluvia sobre mi ventana y el pajaro seguía ahí, aleteando, como si fuera en cámara lenta, era como si los tres estuvieramos conectados por el mismo mensaje.
Uno, Dos, Tres, todo es realidad.

Comienzo a reir sin razón y la flor comienza a caer. No lo puedo evitar algo me causa risa, y algo debilita a la flor. El pajaro calla su canto melancólico y vuela desesperado, chocando contra mi ventana.
Yo río y río, el ave muere, rió a carcajadas y la flor, dando últimas señales de vida y queriendo seguir en pie, me dice:
DEVUELVEME MI FELICIDAD!!!!!!!!

Sus petalos caen al piso como plumas en el desierto, la lluvia se ha vuelto una tormenta y el viento provoca silbidos de dolor.

La ambición se apoderó de mi y ha destruido lo mas hermoso e importante que había tenido en la vida.
¡Yo tampoco merezco seguir en pie!

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